La demanda de la telemedicina, o telesalud, se ha popularizado en los últimos años. De hecho, desde el 2016, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la mencionó como una solución para las personas, puesto que esta práctica ofrece beneficios no solo desde una perspectiva técnica, sino también cultural y social. La telemedicina promueve el acceso a los servicios médicos y contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas.
Como podemos imaginar, la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 jugó un papel fundamental en la aceleración del desarrollo y adopción de soluciones de atención médica remota como nunca antes se había visto. Principalmente, las medidas de distanciamiento social seguidas a nivel mundial hicieron que cada vez más usuarios optarán por herramientas digitales, popularizando cada vez más la telemedicina y dejando atrás los límites de los espacios físicos.
Hoy en día, tanto los profesionales de la salud como los pacientes están utilizando versiones digitales de procesos que antes eran directos, lo que deja en claro que la tecnología remota y los programas de atención virtual continuarán.
Reemplazar la consulta médica tradicional no es el objetivo general de la telemedicina, como muchos puedan creer. Se trata de brindar servicios de salud esenciales a las comunidades más remotas, de ofrecer consultas con especialistas ubicados en otros países, evitar aglomeraciones en los centros de salud, optimizar los procesos internos y mejorar la atención que reciben los pacientes. En definitiva, busca mejorar la experiencia de los usuarios.
Desde su inicial adopción, el uso de la telemedicina ha ido creciendo en popularidad, pues su propósito se ha hecho notar y los beneficios en las comunidades han sido bastante claros. Un término que podía sonar poco familiar hace algunos años se convirtió prácticamente en un requisito para los centros de salud.
Las personas cada vez más buscan estar al mando del cuidado de su salud, eso significa que las nuevas tecnologías deberán ofrecer una experiencia superior de atención mientras empoderan a los pacientes y al personal médico. Como consecuencia, las herramientas digitales para la automatización de procesos y para las comunicaciones omnicanales se hacen más imprescindibles.
A su vez, las herramientas de recopilación de datos y posterior procesamiento por medio de soluciones AI permiten tener un mejor control de registros médicos mientras proyecta una vista de 360 grados del centro de salud. Esto no solamente mejora la eficiencia operacional de los centros médicos, pero también permite ofrecer a los usuarios servicios más personalizados basándose en sus necesidades.
La telemedicina, más allá de conectar a los pacientes con las instituciones médicas que se encontraban fragmentadas, ha logrado volver los registros médicos más dinámicos y darle un mejor uso al proveer información personalizada a sus usuarios para que puedan tomar decisiones más informadas sobre su estado de salud.
Sin dudas, la telemedicina aporta muchos beneficios para los pacientes ambulatorios y crónicos, como también para casos de emergencia y para sostener la salud pública. Entre las principales ventajas, se encuentran la prevención, el autocuidado y la participación activa.
La telemedicina ha traído diversos beneficios a la población latinoamericana, ha contribuido a una mayor equidad, al ofrecer mejor uso de los recursos disponibles hacia un mayor número de habitantes. Sin embargo, para América Latina ha sido todo un reto este avance, ya que todavía no es una forma común de aplicar medicina. No obstante, en Chile y Uruguay, la telemedicina ha penetrado en el sector público un 30% más que en el sector privado y gran porcentaje de la población atestigua haber tenido una buena experiencia.
En el caso de Argentina, el ministerio de salud cuenta con el Plan Nacional de Telesalud. Tiene como objetivo avanzar hacia el aseguramiento universal mediante el uso de tecnología basada en estándares de seguridad y privacidad de la información. Esto ha facilitado la comunicación por parte de los pacientes con profesionales que se encuentran en otras provincias, así como también obtener una segunda opinión rápidamente por un experto.
Por su lado, Colombia cuenta con buenos resultados en materia de cobertura en salud. Se han realizado millones de atenciones que incluyen teleconsultas, asesorías médicas y atención a pacientes con distintas patologías. Esto lo llevan implementando desde varios años atrás, siendo de gran ayuda para toda la población que necesite dichos servicios.
Ecuador cuenta con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que tiene dentro de sus objetivos brindar soluciones de atención a través de computadoras o dispositivos inteligentes a los usuarios que están agendados a través de un call center, pero que no pueden asistir de forma presencial.
En Manaos, Brasil, se implementaron medidas para brindar atención médica remota durante las emergencias ocurridas en la pandemia. Se trató de un proyecto piloto de teleconsultas, las cuales incluyeron especialidades médicas en los diferentes sectores. Esto representó un avance significativo para este país.
En definitiva, la telemedicina no sustituye el modelo de asistencia médica tradicional. La complementa permitiendo mejorar la accesibilidad y universalidad del servicio, así como la atención de los pacientes en situaciones de crisis como la emergencia sanitaria que vivimos. El uso de diferentes modelos y técnicas de atención debe contribuir a mejorar la calidad del proceso de atención, teniendo en cuenta el desarrollo de las necesidades sociales.
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